jueves, 6 de octubre de 2011

Telenovelas Enfermizas

Las programadoras de televisión, han convertido la “pantalla chica”, en una fábrica de actores ilusos de ‘medio pelo’, pésimas actrices e irrisorias telenovelas. Como en ‘mercado persa’ las series se han elaborado, con cuentos y leyendas inverosímiles, en donde los ricos aparecen desfilando como si los vivientes del planeta tierra, gozaran de bienestar colectivo y equidad. En cada escena nadie trabaja y todos viven de sus empresas de pacotilla, que sólo están en la mente del pervertido que las inventa. Hacen aparecer grandes cultivos de plantaciones, en donde la tierra ni siquiera produce tristeza, galanes allí en donde no ha llegado la belleza e instituciones que no se sabe: ¿En qué punto del globo terráqueo existen? Es la falsa y pobre pantomima de los directores y directoras, de las enfermizas organizaciones de muerte, y allí están imbuidas la equivocada religión, las ideas y política de muerte de sus débiles ‘lideres’. 

Las empresas comerciales que promueven esta forma de baratija, cobran a los verdaderos entes productivos empresariales, “gruesas sumas en dinero” por la publicidad en los intermedios. Los dueños de los canales, no sólo se benefician de una tarifa mensual de sus patrocinadores sino que a cada televidente, le “chupan la sangre y el dinero”, como vampiros cineastas o vagabundos de tablas inventadas, por psicópatas que viven como parásitos de alcantarillas y fiesta, de tumba en tumbe. Los entes reguladores gubernamentales, son culpables y responsables, de las morbosas acciones de esos medios de comunicación, que han desbaratado la paz y tranquilidad de las mentes y conciencias, y han contribuido a mantener en la caverna oscura, al 90% de las mayorías poblacionales, enfermando la creatividad, rectitud y bien, de los ruiseñores. 

Los humanos conscientes deben protestar en masa, imitando a los sindicatos de otro tiempo y al apagar inmediatamente sus televisores, ayudaran al cuestionamiento de los mismos equivocados. Todos y todas, debemos permanecer en silencio, meditando y lanzando proyectos, para construir un verdadero mundo de sueños, ensueños, anhelos y ambiciones, de rectitud y cambio hacia las alturas y estrellas sin salirnos de nuestra atmósfera. Los impresos periódicos, programas de radio y revistas, participan de la estafa y logran colocar entre sus imágenes, a los ‘personajes y protagonistas’ de la mediocre farsa. Otros “vivarachos y vividores”, hacen concursos de ‘mutuos elogios’ y entregan premios a quienes no tienen talento “ni siquiera para remedio de sarampión de mico”. Si los propietarios fantasiosos, quieren pasar en escena, situaciones reales del hombre moderno con la desigualdad abismal reinante en cada continente, deben ser sinceros y trasladar el sufrimiento de los pueblos, en la lucha diaria por conseguir una mejor forma de vida, que nos conduzca a todos a plasmar un sistema equitativo e igualitario, que logre llevar a la raza humana, al verdadero equilibrio social y humano, con justicia, paz y bienestar. Por supuesto que para todos y todas sin distinción. 

Produce vergüenza y escalofrío, pensar que ellos mismos “se comen el cuento”, al creer que están haciendo las cosas bien y que son los mejores actores de la moribunda sociedad que cada día, alista camillas para la enfermedad de letargo que nos han inyectado con sus apestosos remiendos alcoholizados y nicotinizados, para no decir narcotizados por baratijas y chatarras de laboratorio sin marca. La salud mental de las mayorías, esa lesionada por esta equivocación cineasta y alguien debe poner freno al chantaje televisivo. Deben ser los hombres rectos, quienes derriben los muros que los mediocres han construido para arrebatar los recursos a quienes realmente trabajan y producen. Ahora nos debemos preguntar: ¿Y donde están los rectos? 

Algunos varones y varias mujeres, puede que en forma inocente soterrada, no hayan percibido el mal inyectado a los televidentes, que usan su tiempo bebiendo aguas putrefactas infectadas de manipuleo y monopolio de “dioses” salidos de ultratumbas apestadas de enredos y bloqueos a la luz. Sin cuestionar el mal uso del lenguaje de las mayorías de los participantes en esas series, debemos decir sin miedo ni arrepentimiento, que es hora de parar la farsa. Los gobernantes probos, deben llamar a cuentas a los delincuentes, para que dirijan la fuerza del pensamiento a tareas más nobles, leales a la verdad y fieles a la rectitud. Aquellos que no acepten el error, deben claudicar de su estafa y hacer algo productivo y armonioso, para que entre todos y todas, construyamos un mundo humano, justo y equitativo, sin exageración. Nunca es tarde, todos y todas, debemos emprender una segunda oportunidad con hechos de paz y amor. Aun los farsantes, falsos y facinerosos, deben tener una segunda oportunidad que lleve al cambio aun en cada aptitud y habilidad.

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Religious Persecution

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