Los recientes aliados
medios de comunicación, exhibieron entre marzo y agosto, a un grupo de 15 a 30 raquíticos
y flacuchentos guerrilleros libios opositores al gobierno de Qadhafi, montados
en camionetas raídas con gigantes ametralladoras que apuntaban y disparaban a
un ejército cadhafímero invisible legal, que las cámaras nunca mostraron a los
televidentes. Quienes atentos miraban las imágenes de los cuerpos con lentos
movimientos de hombres armados ilegales, confirmaban que esos esqueletos jamás
derribarían al gobernante y aunque se les vio disparar al aire nunca mostraron
cara de matones o mafias sangrantes de esos que lucen músculos para amordazar a
los audaces.
Si bien es cierto que
Gadhafi derrocó a la monarquía que estuvo empotrada en Libia y que durante
siglos sustrajo los bienes naturales de la nación, es irónico saber que él
mismo, no sólo gobernó el país como esos otros ladrones con inventos de
príncipes y relámpagos sino que se quedó apoderado durante casi 40 años, de Libya,
materializando oscuridad en las mentes de sus coterráneos. Allí entre las
riquezas, las desigualdades, estuvieron y están al día las divisiones e
intereses de un grupo pequeño aristócrata ladrón sobre la inmensa mayoría que
suma el 99%. Allá como en otros estrados del globo, se debe exigir que
encarcelen al 1% y que los obliguen a devolver lo hurtado para repartirlo en
porciones iguales para todos los ciudadanos sin distinción basta con mostrar el
acta registro de nacimiento.
Solamente el
gobernante Gadhafi y su séquito, se dieron el lujo de tener: Palacios, casas,
fincas, piscinas, inversiones, cuentas bancarias, joyas, comidas, frutas,
vinos, finos licores, amantes y becas, para que sus engendros, fueran a países ‘poderosos’
a dejar el dinero que era propiedad de libios y libias, y que durante muchos
años los mismos y mismas, han aguantado hambre física y miseria de caverna con
lujo de encantamientos arropando la “gran miseria humana”. Pero si en Libia
“llueve en cada país del mundo no escampa”. Se habló de Gadhafi como excusa
para esconder las inversiones, riquezas y comodidades de todos los gobernantes
del mundo y esas mismas han salido del banco natural de los ciudadanos. “Ladrón
juzga por su misma condición”. Hasta la fecha nunca hemos visto a un gobernante
vivir en un tugurio y menos usar un burro como transporte. Los mismos que
criticaron los gustos del seudo masoquista, viven en mansiones y se arropan con
el oro sustraído de los obreros y trabajadores que son los únicos que producen
y que bajan a las minas.
Siempre en la
historia real sin historiadores mentirosos, son pocos quienes apoderándose de
los privilegios de las naciones ponen con fusilamientos, maldades de muerte y
amedrentamiento, a las mayorías poblacionales, que permanecen con los estómagos
vacios. Ellos y ellas obligados por fusiles al silencio, sin justicia social,
con ilusiones efímeras que las mismas trochas vomitan al exterior, porque no lo
hacen los soterrados medios de comunicación aliados contra los pésimos
gobiernos y gobernantes, que son iguales y/o peores a los rufianes que roban el
sueño de los justos. Cuando una persona gobierna un país durante más de 10
años, hasta los arbustos de los caminos y la misma basura que producen sus
habitantes, viven en aburrimiento.
Las oportunidades se
deben repartir entre todos los habitantes incluyendo el arte de gobernar y sus
secuelas que las han hecho enfermizas. Algunos se apoderan del país como
monarcas y otros lo hacen con enlutados partidos políticos y tinterillos, que
pasan de generación en generación la administración del estado a “los mismos
con las mismas” y a veces traspasan el poder a miembros cínicamente de la misma
familia como herencia maldita de leyendas inventadas por otros pícaros con
suerte. Si un gobernante no tiene la capacidad de formar a un grupo de líderes
para que libremente gobiernen una vez pase un periodo corto como gobernante, en
si no está cuerdo y/o apto para administrar lo público, de paso sigue engañando
a sus connacionales con ideologías baratas de idiota. Mientras idiotas y necios
gobiernan, los ejércitos asesinan a los inteligentes. Mientras los ineptos
toman whisky en prostíbulos y clubes, los inteligentes están en cárceles
privados de sus libertades, con cargos y culpas que aun ellos los
irresponsables privilegiados, no saben como hicieron para escribir el libreto.
Lo público debe estar
en varias manos en forma coordinada. Las naciones deben pensar en crear juntas
civiles de gobernantes que manejen los destinos de los países con nuevos
sistemas operativos de gobiernos, en donde los privilegios sean repartidos
entre todos los pobladores, y se logre nutrir al estado de herramientas probas
que ejecuten equilibrio social y humano para todos y todas con justicia. Si
tres cabezas y/o siete gobiernan un país al mismo tiempo y que en grupo tomen
decisiones y resoluciones futuristas, se acabaran los dictadores de por vida y así
en colectivo, plasmarán paz y equidad moderada.
Los titulares noticiosos
últimos, ofrecieron como en carnaval de pobres, una gama de frases y
sentencias, siendo la más célebre: “Guerra civil en Libia”. ¿Pero quien empezó
de verdad a arremeter contra la gente de Libia? Los aviones y barcos de la
OTAN, comandados por soldados “expertos”, jóvenes sin experiencia, obedientes a
países que se unieron como oportunistas a la barbarie, para darle despedida con
muerte al hombre que no sobresalió en inteligencia, fueron responsables de la
tragedia y masacre de los inocentes humanos, que tuvieron que soportar los
bombardeos sobre sus cabezas durante más de 8 meses. Tantos gatos armados para cazar
una rata de alcantarilla. Se ve que la debilidad aun persiste en la tropa y que
las botas no usaron ni siquiera la astucia para derrocar los huevos que comía
Gadafi en sus confortables días.
Billones de dólares
se gastaron los hambrientos de petróleo, para alimentar a miles de militares,
policías, soldados y vehículos, que
participaron de la invasión aérea contra la aporreada Libia. Ahora sabemos que
esos mismos billones se multiplicarán cuando los mismos barcos bombarderos
transporten el precioso líquido negruzco a otros planos del globo de las
contradicciones y los bancos cómplices del chantaje y estafa, hagan las
transacciones económicas a las cuentas de los astutos raponeros que compran
mansiones con el dinero de los otros sin ningún esfuerzo de trabajo.
Fueron tan poco
inteligentes los pilotos de las naves aéreas, que sólo la fuerza bruta logró mostrar
la irrípia cansada del cráneo obsoleto de los rufianes que en guardia esperan
turno para raponear los bienes a los menesterosos. Los débiles montan ejércitos
para asesinar aún a los grillos que nacen a orillas del conflicto. Ahora la narración
mira con desconfianza a los asesinos que dispararon torpedos lesionando de paso
el ecosistema y creando nuevos tornados que atropellaron a otros habitantes de
la misma tierra, destruyendo ciudades enteras en otros continentes por efectos
de la radiación con sus consecuencias que alteró los vientos nobles del planeta.
Mientras los
presidentes de las naciones enemigas de Gadaffi y del pueblo libio, daban
opiniones y hablaban de libertad e igualdad de los “esclavos gadhafinos”, quienes
a distancia dirigían la masacre desde el aire, en sus propios países la desigualdad
persiste y si alguien habla allí en contra de la injusticia y a favor de la
justicia, es hombre muerto a veces acribillado a quema ropa o mansalva. A los
fusilamientos modernos, los diccionarios populares los llaman “falsos
positivos” o simplemente hablan de terrorismo ambulante urbano. Las protestas
de los indignados en las calles de los países desiguales, es una de las
respuestas al desequilibrio social reinante y humillante sin vergüenza,
promovido por los testaferros de la miseria.
Los hipócritas lanzaron
frases ‘bonitas’ a favor del derrocamiento gadhafal pero dentro de sus propios
suelos no son capaces ni siquiera de solucionar el problema de pantalones que
tienen con sus esposas y algunos con sus amantes, que las hurtan de ciertos
lugares que causan nauseas de loca en danza. La libertad esta atropellada en
todos los suelos. No hay justicia porque los tiranos se apoderaron de los
privilegios y los bancos guardaron el dinero robado en sus alcancías de
baratija y oxido cofreado con chatarras. Se reúnen para derrocar gobernantes
pero nunca lo hacen para destruir el hambre que reina dentro de sus propias
casas y desiertos.
El objetivo de los
oportunistas fue el de matar a Gadaffi y derrocarlo, para activar otra forma subterránea
de comerciar el líquido negro, que hace de acicate aún a los fantasmas que
nunca se ven en las noticias de los perversos. Las bombas lanzadas por aviones
y torpedos disparados desde los buques en alta mar, destruyeron muros y paredes
de hierro y cemento en Libia. Los
cuerpos inertes de la gente de todas las edades, quedaron esparcidos como bolitas
de barro por las avenidas que otrora lucían como novia en baile. La sangre fue
derramada indiscriminadamente y las consecuencias de los bombardeos,
incendiaron edificios, casas y muebles. El equilibrio del ecosistema, quedó
destruido como colcha de drogadictos que se ven debajo de los puentes. Animales
de todas las especies se vieron muertos también sobre los andenes y en la zona desértica
del suelo sin vida, producto de ilusiones enfermizas y del fosforo que acompañó
las mortíferas balas de azufre, pólvora y plomo.
El varón Gadaffi se
mostró terco y necio como de costumbre y no atendió las amenazas de sus fuertes
y armados enemigos, que en época pasada fueron considerados por el dictador
como amigos de francachelas y comilonas. Ayer fueron parches y hoy son verdugos.
Los llamados psicólogos afirmaron que Gadhafi ‘no era un tipo inteligente”. Los
periodistas sólo dejaron de pronunciar el nombre del “malévolo” perseguido,
cuando el terremoto de Japón y el mismo tsunami azufrado, dejó en silencio a
los “poderosos micrófonos” que tuvieron que parar la guerra verbal contra
Libia, al saber que la muerte rondaba las instalaciones de varios países por
efecto del movimiento natural de la tierra.
Lástima que aun los
muertos siguen gobernando la falsa comunicación. La vida se está marchitando
por efectos de arrogancias y prepotencias apestosas. Las fuerzas aliadas
consiguieron eliminar a Gadhafi desde el aire con dos disparos mas de
fusilamiento propinado desde el piso por un adolescente inexperto que como
otros, aprovechó el desorden, para usar las armas, lección aprendida de la pantalla gigante cineasta o chica de la
desviada frecuencia de ondas. Si a esos seguimos llamando héroes y fabricando
personajes chimborrios, hasta el estiércol añejo de los arrendajos, producirá
vomito en las nuevas generaciones si logran nacer después de ver cada día más
la desolada tierra que llora la ineptitud y mediocridad de quienes ella misma
alimenta.
Para completar la apestosa
faena, los televisores mostraron el cuerpo en descomposición del ex gobernante
libio, tirado sobre el piso de los remiendos y cerca a los asustados
“revolucionarios” que creían haber completado con éxito la falsa novela
confeccionada por murciélagos grises cerca al mar de lodo y estiércol. Los
mismos improvisados soldados, entregaron mascaras a los visitantes pero no fue
por el olor natural del cadáver putrefacto sino porque afuera habían miles de cuerpos
libios y libias, muertos en descomposición, semejantes a hojas vegetales de otoñó que se caen
dentro del cambio de estación sin contratiempo. La tal junta de transición también hace parte de
los otros oportunistas que llegan a lamer la miel del drama callejero, que
desde antes planearon la forma de repartir los recursos económicos, endeudando
de paso al país y entregando el suelo a quienes como cuervos esperan el momento
para usurpar sin esperar la noche hasta los sobrantes. Las arcas de los estados estan en pocas manos y si bien es
cierto: No hay en el mundo un solo país libre en equidad y justicia.
مُعَمَّر القَذَّافِي Muʿammar al-Qaḏḏāfī